La carga oculta: por qué la disfunción del suelo pélvico afecta a más personas de las que cree

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El dolor comenzó en pleno vuelo, un dolor agudo en la base de mi columna. No fue por una lesión, sino por semanas de quietud forzada después de terminar la gira de un libro. Un malestar repentino e inexplicable que empeoraba con cada minuto en el estrecho asiento del avión. Lo que siguió fue un viaje frustrante para comprender por qué mi cuerpo, que alguna vez fue lo suficientemente fuerte para levantar objetos pesados ​​e incluso para una recuperación posparto, ahora me traicionaba con este misterioso dolor. Esta experiencia me llevó a descubrir el mundo de la disfunción del suelo pélvico, que a menudo se pasa por alto.

El grupo de músculos invisibles

El suelo pélvico no es algo en lo que la mayoría de la gente piensa hasta que falla. Es un conjunto de músculos que se extienden por la parte inferior de la pelvis y conectan la columna, las piernas y los órganos internos. Al igual que el diafragma (que regula la respiración), se flexiona y se relaja con cada inhalación y exhalación, apoyando las deposiciones e incluso la función sexual. Pero a diferencia de un músculo visible, el suelo pélvico permanece oculto, envuelto en vergüenza e incomprensión.

¿Una epidemia moderna?

A muchas les cuesta trabajar el suelo pélvico, incluso a aquellas que se encuentran en buena condición física. Esta falta de control afecta la vida diaria, desde levantar objetos hasta dar a luz. Pero el verdadero problema no es sólo la debilidad; así es como la vida moderna exacerba la disfunción. El estrés, el trauma y la presión implacable cobran un precio físico. El cuerpo mantiene la tensión y el suelo pélvico suele ser el más afectado.

La ciencia detrás del dolor

Los conocimientos médicos sobre el suelo pélvico son sorprendentemente recientes. Los primeros diagramas anatómicos eran inexactos, y no fue hasta las resonancias magnéticas y los estudios con voluntarios en la década de 2000 que comenzamos a comprender su verdadera complejidad. Un suelo pélvico sano significa control voluntario, ausencia de fugas involuntarias y una función muscular fuerte y coordinada. La debilidad conduce a la incontinencia; la disfunción puede causar dolor crónico.

Por qué es importante

Más del 25% de las mujeres en edad reproductiva en todo el mundo experimentan problemas del suelo pélvico, incluidos dolor, prolapso e incontinencia. Pero el problema no se limita a las mujeres. Los atletas pierden orina durante la competición y muchos hombres experimentan disfunciones sin siquiera darse cuenta. La vergüenza que rodea estas condiciones las mantiene ocultas, mientras que marcas como Goop se benefician de la falta de educación.

Un enfoque holístico para la recuperación

La solución no son sólo los ejercicios de Kegel (el ejercicio comúnmente prescrito). Se trata de abordar las causas fundamentales: liberar la tensión crónica, fortalecer los músculos centrales y comprender cómo el trauma afecta al cuerpo. Mi propio viaje implicó fisioterapia, ejercicios de realineación y, lo que es más importante, aprender a relajar mi suelo pélvico en lugar de enfrentarme constantemente al mundo.

La conclusión es simple: la disfunción del suelo pélvico no es un problema específico. Es un problema generalizado que surge de factores estresantes modernos y se ve exacerbado por la negligencia médica. Ignorarlo no hará que desaparezca: requiere conciencia, educación y voluntad de tratar el cuerpo con el cuidado que merece.